Buen día nos dé Dios.
A cada paso que demos nos podemos encontrar por sorpresa con una imagen llena de belleza aunque para eso tenemos que estar predispuesto a dejarnos siempre sorprender.
¿Has visto a los niños que para ellos todo es una nueva sorpresa, todo le interesa, todo lo quieren aprender? En la mirada de un niño podemos encontrar esa clase de viva curiosidad por cuanto le rodea así como esa honda Esperanza que muchas veces está tan lejana a nosotros.
¿Y nosotros por qué nos hemos cansado de sorprendernos? No nos damos trecho para satisfacer la necesaria curiosidad, por aprender cosas nuevas que no tienen que ser para un interés concreto sino para ampliar esos horizontes que nos hacen más sensibles, más humanos, más cercanos, más sencillos.
Me entristece cuando escucho eso de que "ya no me sorprende nada". ¡Que pena! Porque el que lo dice si lo siente y cree lleva una vida anodina donde espera que pase según piensa, según siente, según el estado de emoción. La vida, que es regalo inmenso de Dios, es tan apasionante en todos sus facetas, es tan bella que a cada rincón te puedes econtrar con esa imagen en la que detienes la mirada y envuelve el alma de paz, sosiego y esa clase de Amor que sienten los que viven en él.
Por eso con esta sencilla reflexión de cada día te regalo una imagen que supone esa necesaria sorpresa y que nos invita a vivir desde la belleza natural, sencilla, la que en verdad vale la pena.
¡Feliz martes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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