Buenos días Villlaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Mi vida se asemeja a esa barquita en medio del mar, esa barquita que rema siempre hacia adelante ya sea en la calma como en la tempestad...
Mi vida, no os negaré, en muchas ocasiones sufre los deterioros propios del mar bravío, pues a pesar de ser de buena construcción también es frágil, también siente como se desgaja, se agrieta, se rompe sin llegar a romperse...
Mi vida necesita poca tripulación, con la que tengo me es suficiente, antes prefería grandes navíos ahora soy más de barquichuelas.
Mi vida necesita un timón que me lleve con rumbo fijo, que se llama Dios, y que también es mi brújula. También tiene un timonel que siempre está conmigo en las duras y en las maduras, en las alegrías y las tristezas, se llama Hetepheres y sabe conducir el barco como nadie cuando lo hacemos a contracorriente que en verdad es casi siempre.
Mi vida que se asemeja a una barquichuela le gusta más la alta mar que ir orillando, le gusta más encontrar esa inmensa soledad donde uno se encuentra a sí mismo que hacerlo siendo vistos por todos.
Mi vida necesita ya alejarse más y más de los focos del protagonismo inocuo que mantenerse sobre las tablas de un teatro cada vez más vacío, cada vez más falso.
Mi vida, que se asemeja a una simple barquichuela, tiene una estrella que lo guía en la inmensa oscuridad de la noche que algunas veces abarca todo: Se llama Carmen y es Reina de los Cielos, de los Mares y de la Tierra, se llama Carmen como mi madre que la acompaña pues no quiere que su hijo pierda rumbo, dirección, en la fría y oscura noche.
Mi vida se asemeja a ese barquito que navega casi siempre contracorriente pues quien no lo hace así puede decir a boca abierta que está con este mundo tan alejado de todo lo que es de verdad.
Mi vida se asemeja a esa barquita marinera, donde trajinan los hombres de la mar, donde los marinos señalan la estela, donde los días vienen y van como el oleaje, el ciello, las estrellas...
Mi vida hoy es más barquito que navío, más barquichuela porque sin serlo soy marino, de la mar, de la tierra.
¡Feliz lunes Día del Carmen!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Foto de mi buen amigo Bartolo Muñoz Perez
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