Buen día nos dé Dios.
Lo peor que nos puede suceder es estar y encontrarnos solos, sentir esa sensación de que nadie nos espera, a nadie le importamos...
La soledad buscada y deseada está bien pero al final sabes que tienes personas que te quieren aunque estén a kilómetros de distancia, que hay personas que se interesan por ti, que hay personas que necesitan de ti. Eso es otro tipo de soledad.
Yo me refiero a sentirse solo, huérfano de ese necesario cariño, que nos hace vivir, que hace comprendamos que estamos para algo. Puede ser que estén acompañado, que tengas muchos alrededor, pero sientas esa frialdad de la soledad más absoluta, ese percibir que nadie te espera que a nadie interesas...
Es una soledad, una orfandad, más espiritual que física, más emocional que otra cosa.
Esta soledad donde concibes que ni interesas ni a ti tampoco te interesa nada de nadie, ese vivir alejado de todo y de todos, esa realidad virtual que muchos prefieren para no pensar en su "aquí y ahora".
Internet, las redes sociales, se ha convertido en calles donde transitan muchos solitarios que viven y padecen la soledad. Prefieren lo virtual, lo que no tocar, a sentir y vivir en las distancias cortas, prefieren una gran aglomeración de mensajes que hacen olvidar nuestra realidad a ir afrontando la vida paso a paso. La soledad virtual es engañosa pero también es soledad.
En cambio las redes sociales, las vías digitales, bien utilizadas se convierten en lugares donde encuentras y das ese apoyo, esa calidez, ese cariño, ese estar en lo bueno y en los menos bueno que hace que cuando la persona se conoce personalmente aunque no se hayan visto en la vida se tiene la sensación de que se conocen de siempre pues en verdad han compartido mucho. También en estos lugares no tan físicos hace que la soledad sea menos solitaria.
Pero en verdad la soledad física es consecuencia de la espiritual y esa no es tan fácil de abandonar sin que estés predispuesto a ello, a dejarte sorprender por Dios, a dejarte abrazar por Él que hará que en tu vida aparezcan mil motivos cada día por los que valga la pena vivir y entonces sentirás que no estás solo sino que en ciertos casos te sobra hasta el mismo mundo, que estando con Dios sientes ese calor de hogar en cualquier parte donde estés.
Sí, la soledad y el sentirse verdaderamente solos es muy malo pero para abandonar esta senda a lo mejor tenemos que poner un poco de nuestra parte porque es mejor llegar a casa con esa sensación de no sentirte solo y piensa que Dios siempre está contigo.
¡Feliz miércoles!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo
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