Buen día nos dé Dios.
Ahora se escribe más que se dice, ahora cuando nos ponemos delante de la blanca hoja virtual decimos tan solo lo que queremos decir quitando la necesaria espontaneidad a la misma vida.
Me dedico a esto de escribir hace ya muchos años y sé qué quién escribe lo hace sabiendo lo que hace pues nadie escribe al tún tún porque simplemente no se puede. Cuando alguien me dice: ¡No quería escribir eso! Siempre le digo que es mentira pues el juntar letras y hacerlas palabras tiene como condicionante el pensar lo que quieres transmitir redactando un texto lo más legible posible.
Por eso me gusta tanto la conversación de tú a tú, cuerpo a cuerpo, porque todo queda abierto y nada es previsible. Estamos acostumbrándonos a controlarlo todo, a que nada se salga del guión, y la vida, nuestro día a día, ni se controla ni está sometida a un guión que nosotros hayamos escrito en nuestro particular teclado. La vida como tal solo tiene un guionista, un autor, que es Dios y solo Él dispone lo que cada uno nos corresponde.
Lo demás hay dejarlo en los márgenes de la libertad pues en esta eres capaz de encontrarte, realizarte, y disfrutar de la vida. No conozco a nadie que sea feliz sin la más mínima libertad de acción o de pensamiento. ¿Si Dios nos hizo Libres porque nosotros queremos enjaularnos y controlar todo y más?
Por eso os digo que aunque las redes sociales sean muy necesarias y también efectivas para mantener buenas relaciones con personas queridas, en cuanto puedas queda directamente con ellas, háblales y también debes dejar hablar, miraros, y si tenéis que llorar, reír, guardar silencio hacedlo sin más...
La vida se puede escribir pero en verdad la vida hay que vivirla cada día porque haciéndolo estamos presionando ese teclado imaginario que hace escribamos nuestra propia historia con nuestras propias vivencias.
¡Feliz viernes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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