Buen día nos dé Dios.
Seguimos con estos días de necesario descanso que esta vez en verdad lo estoy consiguiendo pues hace falta pisar el freno, aparcar el coche, quitar la radio, apagar la tele e incluso dejar olvidado el móvil para centrarte en las cosas verdaderamente importantes, esas que no nos damos cuenta de su existencia porque con todo el ruido y los malos humos que nos rodean ni nos damos cuenta de cuanto tenemos junto a nosotros.
Sí, hace falta tener tiempo para uno...
Cuando se dice que la Caridad empieza con uno mismo no pensamos en la trascendencia que puede tener esa frase. La decimos y ya está pero en verdad no la hacemos nuestra porque no somos para nada caritativos con nosotros.
Más bien somos muy críticos, todo lo hacemos mal, no alcanzamos las expectativas, nos sentimos frustrados, no nos perdonamos ni la mínima, nos miramos con recelo, no nos queremos y por tanto no ejercemos esa necesaria Caridad.
Y si somos tan "exigentes" con nosotros mismos no lo vamos a ser con los demás. Así se escribe la historia que nunca desandamos porque nos da miedo tal cosa.
Por eso pienso que hay que buscar ese tiempo para uno, para pensar a corazón abierto, para vivir y recordar lo mucho que has hecho que seguro es mucho más de lo que nos imaginamos, para desconectarte de un mundo que nos ofrece el ruido como mejor oferta para seguir caminando sin detenerte, sin pensar hacia atrás, que es imprescindible para recorrer el camino que tenemos por delante.
Y en ese tiempo tiene que estar Dios en nuestras vidas pues es el garante de que el Amor, el Perdón, la Caridad y la Esperanza nutra nuestra existencia, veamos las cosas de manera diferente, pensemos que todo no lo hemos hecho tan mal o tan bien según creamos.
Tenemos que ser benevolentes con nosotros mismos porque Dios está con nosotros.
¡Feliz jueves!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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