Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
¡¡Qué calor hace!!
Esto no es reflexión sino constatar la realidad que soportamos como podemos cada uno de nosotros.
Las autoridades aconsejan que en las horas de sol no hagamos mucha actividad fuera, que nos resguardemos a la sombra, que tomemos mucha agua, líquido, que nos hidrate...
Aconsejan que estemos bajo techo para eludir los rayos del sol.
Pensamos que el verano y las vacaciones son fechas para continuamente estar haciendo cosas pero a lo mejor también nos sirve para alejarnos de la cotidianidad, descansar en cuerpo y mente, muy necesario por cierto, leer un buen libro, escuchar una música que nos transmita, quedar con esos amigos que no ves en meses o años, quedarte tranquilamente en tu casa respirando el siempre embriagador silencio que nos ayuda a rezar porque tenemos mucho por qué hacerlo, muchas encomienda que llevamos sobre nuestros hombros, mucho que agradecerle a Dios, mucho por decirle...
El mundo en demasiadas ocasiones es ese fuego abrasivo, como la ola de calor que estamos soportando, que nos quema y nos hace alejarnos de lo que necesitamos, de lo que en verdad nos cura, nos aleja de nuestra Fe, de la Esperanza, de vivir la Vida que el Señor nos ofrece como el mejor regalo de cada día.
Y necesitamos hidratarnos con la oración, con la Eucaristía, impregnando a todos del Amor del que somos depositarios, del Amor que vivimos teniendo a Dios como Padre.
El calor hace flojeemos, como la pobre Enriqueta que no puede más y aquí yace tendida en el frescor de la Atalaya, el calor nos ahoga y hace estemos de mal humor, el calor intenso es insoportable pero hasta en estos momentos debemos mostrar la cara amable, la cara divertida, la cara de una vida llena de Esperanza porque ya está el mundo demasiado crispado para que nosotros desde nuestros ambientes subamos más si cabe la temperatura.
¡Feliz y caluroso sábado! ¡Sed Felices siempre!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario