Buenos día Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Por más bonito que sea lo que estemos contemplando, por más obstáculos que pueda tener la mirada para llegar a la trascendencia, a lo que en verdad nos ofrece ese bálsamo necesario para seguir viviendo, tenemos imperiosamente que mirar a ese cielo que nos alumbra pues en él vemos a Dios...
¿Por qué miramos al cielo para rezar a Dios? Ese Cielo donde nos espera en plenitud no está ni arriba ni abajo sino donde Él esté. Pero nosotros, en nuestras limitaciones, necesitamos ver, tocar, situar, lo que fundamenta nuestra Fe. Pero Dios, que es Amor, nos indica a cada instante que está tan cerca de nosotros, que están dentro de nosotros, en nuestros corazones y sobre todo en nuestra alma que es la que nunca muere...
Puedes caminar, estar en cualquier lugar ya sea montaña, mar, campo e incluso atestada ciudad y compruebas por ti mismo que Dios está ahí, en lo que nos rodean y sobre todo en quienes nos rodean...
Y puedes situar a Cristo en ese sencillo Sagrario que medio en penumbra y casi siempre en la inmensa soledad nos espera a brazos abiertos para recibirnos a cada uno de nosotros, para escucharnos, la mayoría de veces peticiones y más peticiones así como alguna muestra de gratitud, nos espera que que sintamos lo que es un corazón descansado, nos sintamos abrazados, queridos como nadie nos ha querido, y en ese silencio donde la paz, el sosiego, la Esperanza se hace palpable poder llegar escuchar lo que mediante susurros tiene que decirnos.
Sí, buscamos con la mirada a Dios porque necesitamos a Dios a cada instante.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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