domingo, 5 de agosto de 2018

5 de agosto. El regalo de las pequeñas cosas.




La imagen puede contener: 2 personas, cielo y exterior


Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Me acosté de madrugada y mientras las ideas brotaban de mi mente en modo de palabras tenía ese calor impregnado en mí, creí que cuando bajara y me acostara la noche iba a ser de aúpa. No ha sido así pues he sentido hasta frío. Y es que dormir de noche plácidamente cuando nos azota un calor tan sofocante que en otros lares no te deja conciliar el sueño no esta pagado.

Cuando me he levantado además de contrastar que el "noticiario" ha bajado mucho y que se mantiene lo mismo de siempre me he asomado a la puerta de la Atalaya y aparte de un paisaje que parece sacado de una postal de hace años en este tiempo el calor de nuevo me ha saludado a modo de sofocón.
¿Qué quiero decir con esto?
Pues sencillo, como lo es todo aquí en Villaluenga.
Cuando menos te lo espera sucede algo que nos llega a sorprender, que nos hace pensar que nuestra vida no está programada desde el minuto cero, que Dios se manifiesta en las pequeñas cosas para que veamos lo Grande que es su Amor para con nosotros.
Ejemplo: Calor sofocante y por la noche dormir plácidamente hasta sentir frío. Un bonito regalo, ¿verdad?
Todos tenemos que estar con los ojos abiertos pues el Señor se manifiesta haciendo grande la pequeñez y quién sabe si esa visita no programada es la mejor en años, esa charla improvisada entre amigos y vecinos es sumamente ilustrativa y donde cada uno aprende del otro, si esa lectura que tenías "abandonada" después te engancha que no quieres soltarla hasta que la termines, quién sabe lo que cada uno de nosotros nos gusta, queremos, anhelamos y cuando menos lo esperamos lo tenemos...
Las pequeñas cosas del Buen Dios siempre nos sorprenden y así debe ser porque nada sucede por casualidad, el que así crea se engaña a sí mismo, nada pasa porque nosotros hagamos hecho méritos, porque pensemos lo merecemos, porque tenía que suceder...
Dios se manifiesta en nuestras vidas y de vez en cuando hace tocar esa campana que todos tenemos un poco olvidada y nos indica está muy cerquita de nosotros a cada instante de la vida aunque cada uno, por nuestro egoísmo, nuestras limitaciones, nuestros "intereses", algunas veces voluntariamente lo estemos olvidando.
¡Feliz domingo!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario