Buen día nos dé Dios.
La vida y cada día de la misma debemos asumirla como una hoja en blanco donde todo está por escribir cada vez que nos despertamos. La vida con el pasar de los días poco a poco se va convirtiendo en un manuscrito en el que el protagonista eres tú y donde aparecen muchos personajes.
Triste sería si nuestro existir fuese tan limitado que ese libro que comprende nuestra propia vida fuese tan pequeño, tan poco voluminoso, que aparte de pocas hojas casi fuese un monólogo donde yo mimé conmigo y poco más.
Cuando se van cumpliendo años vas guardando cada hoja escrita, las situaciones, las conversaciones, las distintas tramas y por supuesto los personajes que hayan aparecido. Algunos ya no están con nosotros porque se fueron definiitvamente, otros tampoco porque decidieron abandonar la senda que caminábamos y otros permanecen a pesar de las páginas escritas así como algunos que aparecen en un capítulo determinado y se quedan contigo hasta el final de la obra.
En este libro habrá drama, habrá comedia, habrá miedo y habrá confianza. La vida hay que vivirla en toda su plenitud, no nos vale borrar lo que no nos guste y añadir eso que creemos que es bueno pero no estaba en nuestro particular guión.
En estos folios en blanco las letras, las palabras que lo van rellenando, hay que dejarlas escribir al mejor escritor que podemos encontrar pues él mejor que nadie sabe como empieza, como se desarrolla y como termina la obra. Se llama Dios y todo lo que hace se convierte inmediatamente en best seller mundial.
Nosotros no podemos escribir nuestra propia vida porque nos corresponde protagonizarla según el itinerario establecido por el autor, por el creador, de esta obra tan apasionante, tan única, tan exclusiva...
Pero mejor sería que en la obra de nuestra vida el protagonista lo fuera pero hiciera todo lo posible para que los demás también lo fueran. El protagonista que tendrá momentos buenos, malos, tristes, alegres, pesarosos o llenos de Esperanza tiene que erigirse en el libro de su vida en ese personaje que aune sus esfuerzos para hacer el Bien, aglutinar a todos sin excepción para hacer llegar lo mejor de si a los demás. Sí, en ese libro que puede compendiar nuestra vida es mejor que en vez el Yo se utilice el Tú porque todo lo que se comparte se goza al mil por cien.
No hay nada más triste que viajar y no compartir viaje, no hay nada más triste que leer un buen libro y no comentarlo con nadie, no hay nada más triste que pasear por lugares que embriagan y no hacerlo junto a otros que disfrutan igual o más que tú, es muy triste vivir bien pero vivirlo en soledad.
En el libro de tu vida es mejor vivir un poco menos bien pero compartir lo tuyo, lo material, lo sentimental, lo espiritual, con los demás.
Piensa que no sabemos cuando el escritor, el guionista de nuestra vida hecha libro, pondrá el punto y final a la obra por eso tenemos que estar preparados porque descansar en esa biblioteca llena de libros que valen la pena también tiene su precio y es ese que en verdad no se puede ni comprar ni vender ni con todo el oro del mundo y que tiene por nombre Amor.
Ahora estamos escribiendo en esta página en blanco y el texto será el que tu decidas porque nuestro escritor nos da libertad absoluta.
¡Qué sea para Bien!
¡Feliz miércoles!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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