Buen día nos de Dios.
¿Qué clase de piedra eres?
¿Árida, seca, peligrosa, sin vida o una que sirva de apoyo, donde puedas sentarte y descansar?
¿Os habéis dado cuenta lo áridos y secos que somos demasiadas veces en la vida que hasta cuesta que nos dirijan la mirada?
¿Vale la pena ser así?
¿Preferimos la oscuridad de la cueva de un corazón hastiado de soberbia y malsano orgullo o la claridad de un prado donde todos sean y se vean acogidos?
No hay nada peor que el odio manifestado con palabras de rencor, no hay nada más destructivo que enfocar nuestras vidas y las que nos rodean hacia la destrucción que con cierta necedad proyectamos, no hay nada peor que malvivir sin sentir el fuego reparador del verdadero Amor. No hay nada peor que ser piedra árida y seca llena de aristas que cortan y hacen daño.
Prefiero ser piedra donde muchos se sienten y compartiendo experiencias ir tallando las aristas para que no sólo no corten sino que pueda servir de asidero para los que lo puedan necesitar.
En esta vida, en los momentos actuales, hay que responder al Mal con el Bien. Ahí estriba la fórmula de hacer y ser Felices.
No hay nada en el mundo, nada, que por mucho que te quieran decir o hacer para dañarte en público como en privado que no pueda ser respondido mediante el Perdón que es Amor en estado puro.
Vale la pena intentarlo porque la Felicidad y nuestro camino que lleva a la salvación puede estar en juego.
Entonces, ¿Eres piedra árida y seca o la que puede servir de asiento y apoyo?
Feliz viernes.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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