Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
Hay días en los que la tristeza, la melancolía se instalan en nuestras almas y nos acompañan horas que parecen sin término como si fuésemos un sauce llorón.
Estamos tristes sin saber por qué ya que disfrutamos de salud, de amor, de éxito en la vida o por lo menos lo que cada uno convenga que es el éxito.
Si el éxito es poder por poder, estar y no llegar a ser, ocupar puestos para olvidarte de quienes propiciaron que llegaras a ese lugar, para encaramarte a un cargo y olvidarte que tienes que servir para ser servido, si el éxito es todo esto puedo imaginarme que a pesar de tener tanto se pueda ser tan pobre y este tipo de pobreza acarrea a la corta más que a la larga un estado de tristeza y soledad inmensos y si no que se lo digan a los interesados.
Hay días que me siento sauce llorón porque Dios quiere que así sea y porque es bueno que algunas veces cambiemos el prisma desde el que lo vemos todo para observar esa otra "realidad" que es la Realidad misma.
Tengo la salud que tengo, y eso hay que darle gracias eternas a Dios porque me ha enseñado a convivir con la enfermedad y aunque mejor que antes os diré que siempre tengo el equipaje hecho, tengo el Amor de mi mujer, madre, familia, amigos, hermanos del alma y de muchos que sin conocerme me quieren. ¿No es ese motivo para dar gracias eternas al Señor? ¿Dinero? El necesario para cubrir las necesidades porque pienso que el mismo es el gran mal del mundo y que esclaviza demasiado para estar sometido a él. ¿Éxito? ¿Y qué es el éxito? Si el éxito es levantarme todos los días, escribir, ser seguido por miles de personas de personas que esperan tu palabra de aliento y que están siempre ahí, pues sí tengo éxito porque si es el ostentar cargos, responsabilidades que me alejen de la vida, de las personas, de la normalidad pues la verdad es que no lo tengo mucho, más bien a estas ya huyo del mismo.
Y aunque algunas veces sea "sauce llorón" soy inmensamente feliz con la vida que Dios me da todos los días, vivir se ha convertido en un regalo diario, pues estoy y comparto mi vida con la persona que quiero, rodeado de quienes quiero, sirviendo en lo que puedo y viviendo en un pueblo pequeño y encantador como Villaluenga del Rosario donde no me falta de nada.
Soy algunas veces "sauce llorón" y encantando de serlo pues me da la oportunidad de ver, sentir y disfrutar de todo lo bueno que Dios me ha dado, me ha bendecido y perdonado en la vida.
Hoy me he levantado algo "sauce llorón" aunque con el paso de las horas he recobrado la normal alegría. ¡¡Cosas de Dios!!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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