martes, 21 de julio de 2015

desde el tren. 21 de julio. Vuelta a la normalidad.



Buen día nos de Dios. 

¡Vuelta a la normalidad! 

Atrás han quedado días únicos en inmejorable sitio como es Villaluenga del Rosario.

Me reincorporo reseteado donde lo que tanto me agotaba ha quedado en el jergón de los recuerdos. 

Me reincorporo lleno de Paz, sosiego y tranquilidad espiritual y con el corazón henchido de gratitud a Dios, a mi mujer y a mi bendito pueblo de adopción que me aporta tanto sin dar yo apenas nada. 

Me reincorporo a la normalidad con gratitud de poderlo hacer. La normalidad siempre puede ser extraordinaria si no dejamos pasar por ningún resquicio la rutina que embarra todo haciendo que cada paso nos cueste darlo. 

La rutina acaba por convertirse en apatía y esto debe ser diametralmente opuesto a nuestra propia normalidad. 

Vivamos todos los días la normalidad de lo extraordinario pues desde que nos levantamos son muchos los regalos que recibimos del Señor y si no estamos atentos puede ser que perdamos una oportunidad que sea única e irrepetible. 

¡Bienvenido a la normalidad! 

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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