Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
El tiempo pasa demasiado deprisa y hace tan solo diez empezaba unas breves aunque intensas vacaciones en mi querido pueblo y hoy las termino aunque no estoy triste, si con cierta melancolía, porque he sido y me he sentido tan feliz en Villaluenga del Rosario que estos pasados días conforman parte de la historia de mi vida o como diría un querido amigo, desde otras perspectiva e incluso intenciones, puedo decir que las vacaciones que tanto Hetepheres como yo hemos disfrutado en nuestro pequeño y bendito pueblo han convertido por cada día que pasaba en históricos.
¿Qué es histórico para mí?
Lo siento o debo ser de otro planeta, o no me dejo manejar por los hilos de este mundo, porque sé que mi Reino es el del Cielo, porque ya a esta altura de mi vida voy buscando la mansedumbre, la humildad o porque Dios me ha ido enseñando a golpe de propios batacazos que es mejor tener los brazos abiertos, respetando a todo el mundo e incluso comprendiendo aunque no comparta mucho de muchos o porque si nos fijamos en los ojos redentores de Jesús vemos el Amor en dimensiones ilimitadas y cuando me fijo en los míos no acierto ver nada más que lo que quiero ver.
Sí, es verdad, la vida, mi vida, y Dios me han ido moldeando cual vasija de barro para hacerme cada vez más sencillo y alejado de ese mundanal ruido que tanto nos ensordece hasta hacer que solamente nos oigamos a nosotros mismos. Prefiero escuchar a todos, de los que aprendo, disfruto con el sonido del silencio con el cual me voy conociendo, disfruto de los momentos de oración donde siento mi alma vagar por los insondables caminos del Señor.
Histórico es pasar mi vida con mi mujer con la que siempre hay algo nuevo que vivir o experimentar porque una sonrisa o una lágrima en Hetepheres se convierte en verdadera experiencia de vida. Histórico es compartir mi vida con los demás, sea quienes sean, porque desde el mutuo respeto se consigue más que desde las broncas palabras, desde el desprecio ausente, desde la intimidación por norma. Histórico es también convivir con los que quiero y me quieren. Es verdad para mí, para mi particular existencia, una cena con unos buenos amigos, hermanos del alma, o convivir con ellos en la salud, en la enfermedad, en las tristezas o las alegrías también se convierte en un hecho histórico del cual doy gracias a Dios todos los días.
E histórico también es rezar y perdonar a los que nos humillan, nos persiguen, nos insultan en público o en privado, los que hacen comentarios despectivos hacia ti, los que disparan continuamente dardos para que nos resquebrajen de arriba hacia abajo.
Uno no es más libre si se deja guiar por los humanos instintos sino que alcanza la verdadera libertad cuando alzas tus ojos hacia el Redentor y poner tu vida así como todo lo que en ella arrastras en sus benditas manos.
Sí, para mí todos los días son históricos pues desde hace un año para acá pienso que cada vez abro mis ojos al amanecer de un nuevo día en un preciado regalo que me hace el Señor para que siga trabajando en la encomienda que me ha asignado y siempre para Su Mayor Gloria.
Mi puerta, como mi corazón, están siempre abiertos a todos los que vengan con sanas intenciones y buena voluntad. Los que no quieren entrar en mi casa y en mi vida serán porque el Señor así lo ha deparado y considerado mejor. Esos en mí encontrarán mano tendida, mucha oración y sincero perdón porque vivir desde el rencor producen muchas víctimas y la principal eres tú.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario