Buen día nos de Dios.
¡¡Qué daría por tener la fe de San Pedro!
A él no le hizo falta ver para creer como Tomás. Él creyó por el canto de un gallo que certificó que todo lo dicho por Jesús era cierto.
Y es que hace falta que escuchemos más cuanto nos dice el Señor a diario. Un gallo, la brisa del viento rompiendo en las montañas, el sonido del mar rompiendo en la orilla, la mirada inocente de un niño o llena de paciencia de un anciano...
¡Todo nos lleva a Dios!
Jesús te preguntó si lo querías y le contestaste que bien sabía que lo Amabas.
Quisiera ofrecer en mi vida el Amor de Pedro a Jesús porque fue un amor desde la confianza, de la plenitud, del saber que Cristo siendo hombre era Dios y que lo conoció, lo pudo tocar y escuchar en directo lo que nosotros meditamos en el Evangelio.
Si, quisiera tener la fe de San Pedro para servirte en cuerpo y alma Señor.
Quiero dedicar esta reflexión a mi querido y buen hermano Jesus Bustamante Morejon en su día. ¡Muchas felicidades!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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