viernes, 24 de julio de 2015

desde el tren. 23 de julio.

Buen día nos de Dios.
¿Cual es la música de tu vida?
Esa es una cuestión que solamente la puede contestar cada uno haciendo un necesario ejercicio de introspección.
Pienso que en cada etapa de la propia vida nos encontramos más a gusto con determinada melodía, pienso que las mismas se van sucediendo cual gramófono según cumplimos años. Lo que para algunos es un rap para otro un bolero pasando por el pasodoble, el rock o una ranchera así como la sosegada música clásica e incluso una buena marcha procesional.
Todas necesarias para acometer la trepá que en definitiva es un paso adelante en nuestro respectivo día a día.
Ahora escucho un bolero y me siento bien porque enaltece cuanto amo, cuanto necesito y la vida sin amor no es que no sea vida sino que no es absolutamente nada.
Y cuando oro me gusta envolver mi espíritu en lo solemne de la música sacra que llena de trascendencia un encuentro tan sublime.
Soy de los que piensa que la vida tiene que tener sus momentos y en ellos debe hacerse hueco a lo bello como es la poesía, la música, la pintura o la amena conversación que siempre aporta.
Hoy en cielo se escuchan sones alegres y victoriosos porque ya se encuentra allí Joaquín García Amigueti que junto a Agripino Lozano y tantos que aportaron tanto con su buen hacer a la de vida de tantos y tantos.
Quiero dedicar esta reflexión a toda su querida Familia así como a tantos como lo conocieron y quisieron.
Y especialmente a José Ribera Tordera en su día.
También Gonzalo Tamayo Mechi Morillo en su cumpleaños.
Con mi oración ofrecida ante el Santísimo.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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