sábado, 9 de mayo de 2015

desde el tren. 9 de mayo.




Buen día nos de Dios.

Al mundo a unos podremos caerles bien y a otros mal, unos nos apoyarán y otros nos perseguirán por lo que somos, hacemos, decimos...

A nadie le gusta sentirse odiado, perseguido, humillado porque son actitudes que desvarían de lo que podemos considerar lo normal de la buena convivencia. Todos tenemos un "corazoncito" y para qué negarlo: ¡Nos duele el dolor de la incomprensión!

Pero ser odiado, perseguido por tu fe en Cristo, por hacer de esa fe tu misión de vida, por evangelizar aunque difícil de encajar siempre tiene una explicación porque lo que nosotros anunciamos con las palabras de verdad que el Espíritu Santo pone en nuestros labios choca contra los intereses de un mundo demasiado alejado de las cosas de Dios.

Ser de Jesús es ser de Dios y por lo tanto no de los poderes que rodean a un mundo demasiado interesado en sus espurios intereses.

Y ser de Cristo es actuar en conciencia y coherencia de fe en todo momento y situación en tu vida desde las más elevadas hasta las más sencillas.

Ahora son muchos los que nos piden el voto, los que nos ofrecen su "producto" como parte del "mercadeo" barato en lo que ha sido desde siempre la política. Intentan engañarnos con palabras bonitas y ciertamente utópicas de que con ellos todo irá mejor. ¡Mentira! Porque todos están vendidos a sus intereses y los que ponen sus vidas a esos intereses tan caducos no se preocupan del bienestar de los demás, de la felicidad, de hacernos sentir y ser lo que en realidad somos.

Y ahora tenemos que ser plenamente conscientes cual es nuestra posición no tanto como ciudadanos sino como creyentes, como hijos de Dios y de la Santa Madre Iglesia. 

El voto cristiano, católico debe ser realizado desde la reflexión, la meditación y la oración porque si votamos por votar luego pasa lo que pasa: Que no podemos dormir bien porque esa vocecilla llamada conciencia no para de decirnos ¿Qué hemos hecho?

Haced, vivid, decidid, como lo haría el Señor que al fin y al cabo es nuestro principio y fin, nuestra meta y horizonte.

Pensad que nuestro reino no es de este mundo aunque mientras estemos en este debemos trabajar por el mismo para mayor gloria de Dios.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

Dedico esta reflexión a dos personas muy queridas que cumplen años Fani García y Manuel Jesus Moreno Hernandez. ¡¡Muchas felicidades!!

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