Buen día nos de Dios.
Ayer mi buen amigo José Miguel Córdoba Mariscal me hacía reflexionar con su pensamiento cuando me preguntó ¿Venganza o piedad?
Le respondí siempre Piedad.
La venganza que puede ser un plato que se sirve frío también es muy indigesto pues a la hora de elaborarlo tiene que echar muchos ingredientes que son tan perjudiciales que no caducan.
Ira, resentimiento, rencor, envidia, soberbia, orgullo son sus elementos básicos que permanecen en nuestro corazón cuando este permanece tan frío como un congelador.
Si, es un plato que se sirve frío y que hace más daño al que lo elabora que al que lo recibe.
El que es receptor de la venganza la sufre desde el momento que la recibe pero el que la ha mantenido tanto tiempo en las entrañas de su pétreo y rígido corazón es el perjudicado pues ha vivido en la continua amargura del resentimiento demasiado tiempo haciendo un daño casi irreversible a su vida y a la de los que lo rodean.
Creo que todos a lo largo de esta vida hay alguien que queriendo o no nos ha hecho daño y algunas veces más que gratuito. También sé que la herida abierta es difícil de cicatrizar al principio y vives con cierta incomodidad hasta que comprendes que el daño que te está produciendo el resentimiento es mucho peor que el que nos han podido hacer.
Es difícil, pero hay que perdonar y no solo por el que te ha hecho el mal sino sobre todo por ti, para que recobres la paz, el sosiego, la tranquilidad, la felicidad que da el vivir sin rencor y asumiendo que la venganza no es un plato que se sirve ni frío ni con calor porque sus ingredientes han caducado. Es un plato que debe ir a la basura.
Vivir en el Amor es hacerlo en la felicidad.
Gracias mi querido amigo José Miguel por hacerme reflexionar con tus pensamientos. Este de hoy por supuesto que te lo dedico a ti.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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