domingo, 3 de mayo de 2015

desde el tren. 3 de mayo.




Buen día nos de Dios. 

Hay que intentar vivir en paz con uno mismo que a su vez es hacerlo con los demás.

Para alcanzar esa paz, esa tranquilidad de obra y de espíritu, tienes que querer conocerte muy bien, perdonarte lo que te debas perdonar y empezar a quererte tal y como eres.

Es como cuando nos miramos al espejo y observamos como el rostro que aparece frente a nosotros no se parece al que nosotros teníamos pensado. Frente al espejo nos encontramos tal cual somos por mucha crema, mucho maquillaje que queramos poner para disfrazarnos ante lo que es la manifiesta realidad.

Como en la realidad de un espejo es como debemos mirarnos para conocernos con todas nuestras grandezas y nuestros fallos. Con la desnuda realidad es como podremos reiniciar el camino que tengamos que reiniciar.

Para conocernos en toda nuestra plenitud y tener capacidad de vernos tal cual somos, perdonarnos como el primer paso para perdonar a los demás, comprendernos como medio de comprender a los que nos rodean, amarnos como indispensable paso para hacerlo con nuestro prójimo.

Dios no nos quiere infelices, angustiados, hastiados, desesperanzados y metidos en un oscuro tunel donde no sabemos ni como salir. El Señor nos quiere alegres, llenos de esperanza, optimistas y capaces de dar ese paso que muchos dudan en dar.

Dios nos conoce, nos comprende, nos perdona y sobre todo NOS AMA.

Y si Dios nos Ama, ¿Qué hacemos nosotros llevándole la contraria?

Feliz Domingo, día del Señor y de las Madres.

Hoy quiero dedicar esta reflexión a dos queridos amigos que celebran sus cumpleaños Diego José Moscoso Franco y Francisco Garcia-Velarde. ¡¡Muchas felicidades!!

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos sifa bendiciendo.

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