Buen día nos de Dios.
¡ Cómo pasa el tiempo!
No se detiene ni un solo momento y pasa tan rápido o tan lento según el momento que estemos viviendo.
No ha pasado ni cincuenta días cuando Jesús, el Nazareno, subía al Calvario con la cruz hundiendo en dolor y sufrimiento su bendito hombro y ya está sentado a la derecha del Padre desde que ascendiera a los Cielos.
Cielo y Tierra, Tierra y Cielo unidos por el cordón umbilical de Cristo Jesús.
Y es que Jesús está en todo momento y ocasión junto a nosotros lo que pasa es que tenemos que descubrirlo.
Cuando miras al cielo, la tierra, el mar, la montaña, el campo, la ciudad, el pueblo allí está Jesús.
Cuando lees un libro, conversas con la Familia y amigos, cuando paseas, haces deporte:Ahí está Jesús.
Cuando besas a tu mujer, tu marido, tus hijos, cuando compartes con tus amigos, ayudas a tus compañeros, cuidas a los ancianos: Ahí está Jesús.
Cuando disfrutas de la vida, en la enfermedad y a la hora de la muerte: Ahí está Jesús.
Tenemos que ser capaces de ver a Jesús en todo lo que nos rodea y en quienes nos rodean. En el necesitado y en el que parece no necesitar de nada aunque solo sea pantalla, en nuestros enemigos y aquellos que nos odian, en ti y en mi también está Jesús.
Y en esta reflexión que estamos compartiendo también aquí está Jesús.
¿Y tú, lo ves?
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Quiero dedicar esta reflexión a mis queridos y buenos hermanos Bonifacio Ruiz de Mier y Paco Vela Vidalque ayer nos encontramos en la puerta de la Iglesia Mayor cuando yo salía de ver a Jesús en el Sagrario y ellos esperaban al cortejo de romeros que acompañan el Simpecado antes de iniciar el camino que los lleve al Rocío al encuentro de María donde también está Jesús. Gracias por vuestro cariño y por hacerme sentir entre buenos hermanos. Sois un verdadero ejemplo de vida y de fe.
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