Buen día nos de Dios.
Muchos son los que me dicen si no tengo miedo de expresar lo que quiero expresar cuando escribo ya sea en este medio, blog, los artículos de opinión que se publican en diversos medios...
Y yo les pregunto: ¿ Miedo? ¿A qué?
Persecución, marginación, aislamiento, no estar considerado en la "crema" de ese mundo que nos rodea y que algunos venden hasta su alma para estar o seguir estando.
¡Y a eso es lo que debo tener miedo?
Soy de los que piensan y defienden que si haces lo que debes y pones todos tus afanes en las manos de Dios no debes tener miedo ninguno pues tienes junto a ti al Más Grande que es Todopoderoso en el Amor.
Si entregas tu vida a ser un coherente y consecuente cristiano, aspirar a ser un discípulo de apóstol de Cristo no debes temer a nada ni nadie pues "esos" que quieren manejarlo todo pueden destruir el cuerpo pero nunca el alma y de qué me sirve preservar el cuerpo si con mi actitud y cobardía estoy destruyendo el alma que es una forma de decir que estoy regalandosela al maligno.
Siento si alguien se molesta con lo que pueda escribir, lo que pueda hacer o decir porque yo no soy de esos que cambian de opinión según el viento sople de un lado u otro. Tengo mi opinión y por medio de ella sirvo a los altos ideales que guían mi vida y asumiendo que esto es parte de mi misión apostólica que tiene un principio y un solo fin: ¡Dios!
¿Miedo? ¿A qué?
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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