Buen día nos de Dios.
Los momentos son los que hacen que la vida sea apasionante y merezca el apostar por ella.
Muchas veces son las personas que tú crees que no te van a fallar las primeras en ponerte la zancadilla y ofrecer la cara que en verdad siempre han tenido y que han sabido ocultar.
Y en demasiadas ocasiones son esas que no corresponden a tu círculo más cercano las primeras que te ofrecen ese ánimo, ese apoyo del que te habías quedado huérfano.
Esas sorpresas son las que nos mantienen vivos y expectantes porque comprobamos que no está dicha la última palabra en nada de lo que hagamos o nos impliquemos.
La vida hay que vivirla de principio a final y siempre expectantes a las sorpresas que nos tiene guardadas Dios y que nos son muy necesarias para nuestro propio madurar.
Qué nunca nos falte el factor sorpresa, sean buenas o malas, pues eso nos hace estar alertas y pendientes de que nada está aún conseguido y lo que es mejor mientras peregrinemos por estos lares siempre nos quedará mucho por hacer y por servir.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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