Buen día nos de Dios.
¡Qué fatigosa debe ser el día a día del malpensado!
Imaginaros tener siempre la cabeza ocupada en si las palabras que escuchas, las imágenes que ves, lo que te dicen las personas cercanas y todo lo transformas en que tienen un interés y que no es nada bueno.
Imaginaros lo cansino que resulta estar pensando mal de todo y de todos no dejando un solo respiro a la duda o a la bondad de cada ser.
Imaginaros lo aburrido que es el presuponer que todos quieren algo de ti y que ese algo no es para un bien sino para hacer daño.
El malpensante es un ser desgraciado en sus formas y en su fondo y transmite esa desgracia en acciones corrosivas hacia los demás dejando que la duda pulule por donde quiera ir.
El que crea la duda sobre el otro, el que busca hacer embocadas para poner en compromisos a esos que dice ser sus amigos, los que siempre tienen una palabra negativa, de desconsuelo, de amargura, de fatalidad es en definitiva un cobarde porque no se atreve hacer por si solo lo que exige hagan los demás.
Si en vez de pensar tan mal de los demás nos dedicáramos a pensar en positivo, en hacer el bien, en trabajar para que entre todos podamos ser felices y vivir un ambiente próspero donde todos tengan las mismas oportunidades estaríamos haciendo un claro favor al mundo, que son los que nos rodean, y sobre todo a nosotros mismos pues nos estaremos también dando una oportunidad para verdaderamente ser felices.
Y pensemos que Dios quiere que sus hijos siempre lo sean porque como buen Padre lo que ansía es la Felicidad y el Bienestar de sus hijos.
¡Aunque, nos olvidamos tan pronto de Dios e incluso, y es lo peor, pensamos mal de Él!
¡Cambia tu actitud ante la vida y serás Feliz!
Feliz Domingo Día del Señor.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Hoy dedico mi particular reflexión a dos queridos amigos que hoy cumplen años: Enrique Montiel Juan Pablo Dominguez Teba
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