sábado, 17 de enero de 2015

desde el tren. 17 de enero.



Buen día nos de Dios.

¡Señor dame humildad para hacer siempre tu voluntad!

Cuando esta petición sale del corazón tiene efectos inmediatos pero cuando no sentimos que nos hemos ido abajando de nuestras soberbias, nuestros orgullos, nuestras prepotencias, nuestro no saber perdonar ni perdonarnos, entonces esta petición es de cara a la galería que puede quedar muy bien con otros aunque al Señor, por mucho que lo creamos e incluso lo intentemos, no se lo cree porque Él lee con nitidez los más escondido de nuestros propios corazones.

Dios va poniendo en el camino muchas situaciones con las cuales quiere que veamos y comprobemos que si no dejamos ese innecesario peso en el arcén nuestras mochilas pesarán más de la cuenta para proseguir. La vida es más fácil de lo que creemos y sobre todo de lo que nosotros mismos la hacemos. La vida es como es y no como parece ser.

Tenemos capacidad para cambiar las cosas que nos hagan daño y produzcan dolor a los demás y si tenemos capacidad estamos obligados hacerlo. ¡Basta ya de tanto orgullo, tanta soberbia, tanta incapacidad para perdonar, para olvidar, para dar ese necesario paso que haga reconducir todo! ¡Basta ya de excusas a nosotros mismos con la frase "esto es lo que hay", "yo soy así, ¿qué vamos hacerle?", "ya nada se puede cambiar". ¡¡Mentira!!

Todo se puede cambiar a mejor, todos podemos cambiar para mejor y además estamos obligados hacerlo.

Dios nos da oportunidades diarias para encaminar nuestros pasos hacia senderos que nos llevan a su Luz y ser capaces de irradiar el calor Su Amor a todos los que están junto a nosotros, estén donde estén, porque quien acoge y siente crepitar su alma bajo la lumbre de la Misericordia Divina de Nuestro Señor, quien se deja tocar por nuestro Celestial Padre, ya nada es igual, no puede serlo, porque ha conocido y experimentado lo que es la verdadera Alegría y Felicidad de saberse un hijo querido de Dios.

¡Señor, dame humildad para hacer tu voluntad y aleja de mi tantas cosas que me separan de gozar con plenitud todo lo que me ofreces a diario!

Te veo en cada cosa, cada lugar, cada persona, porque son manifestaciones de que Dios siempre está presente en mi vida. En la inmensidad que asoma cada mañana aquí en mi querido pueblo de Villaluenga del Rosario veo y siento la presencia del que es Todo Amor.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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