sábado, 10 de enero de 2015

desde el tren. 10 de enero. A Charo Oliva.





Buen día nos de Dios.

Me asomo a la ventana y los luminosos y cálidos rayos de sol hacen sentirnos bien. El frío parece cosa del pasado cuando hace apenas unos días no podíamos dar un paso pues estábamos congelados.

Frío y calor, calor y frío se van alternando en este peculiar invierno que hace que los anuncios de antigripales copen la publicidad en las cadenas de televisión.

Antes cuando veías un rato la televisión veías programas más o menos que te podían aportar algo, todavía quedan algunos de esos, y te entretenías con la publicidad pues estaban diseñados con gusto y mucha imaginación. Ahora casi no le presta atención porque el gusto y la imaginación parece haberse acabado o simplemente es muy caro mantener en plantilla buenos publicistas que vendan el producto con ingenio. Ahora nos atosigan con multitud de imágenes hechas con ordenador de los más variopintos jarabes y pastillas contra la tos tengas o no moco pues parece que esto último es de gran importancia en el tiempo que transcurre.

Alguien me decía hace mucho tiempo que cuando no tengas muchos recursos debíamos poner en práctica esta frase: "La imaginación al poder". ¡Es verdad!

Cuando no se tengan recursos o te los limiten demasiados, cuando tengas que hacer algo y no cuentes con demasiado ayuda, cuando tengas que presentar un proyecto importante pero que los demás no lo ven, cuando ofrezcas un gesto y los otros no te correspondan por miedo o incapacidad tenemos que llevar la imaginación al poder. Dios nos ha dado la oportunidad de pensar, de usar la razón, de ver incluso donde otros ni siquiera llegan hacerlo. ¡Pues hagamos lo que tengamos que hacer para que lo que tenemos proyectado llegue a buen puerto!

Un negocio, una investigación, unos estudios, un proyecto personal, la misión evangelizadora que a cada uno nos compete, nuestro transitar diario sin imaginación y esperanza podrá culminarse pero al final llegará la apatía, el cansancio, el hartazgo y el abandono...

Dios nos ha hecho únicos e irrepetibles, Dios quiere lo mejor para todos y cada uno de nosotros, Dios nos bendice y ayuda a cada paso, Dios nos da ideas que tenemos que proyectarla sobre la marcha, Dios nos sigue hablando constantemente, pero al final somos nosotros los que tenemos que prestar oído a su mensaje porque si no lo hacemos, si no utilizamos los recursos que nos regala no saldremos del sillón de nuestras vidas y la misma abarcará lo que un anuncio de jarabe para la tos.

Esta reflexión se la quiero dedicar a una mujer que utiliza a diario la imaginación para llevar a cabo su particular día a día, su negocio y que en esos dos términos se podía decir que es la mejor herencia que puede dejar a sus hijos y nietos: Su ejemplo de vida y su fuerza, ilusión e imaginación para llevarlo todo hacia adelante. Muchas felicidades mi querida Charo Oliva Piña en el día de tu cumpleaños.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario