Buen día nos de Dios.
La conciencia es esa 'alarma" que suena en nuestro interior cuando hacemos algo incorrecto u observamos cualquier injusticia.
Pero, ¡Cuántas veces le hacemos caso a nuestra conciencia?
Muchas veces mitigamos esta voz porque queremos hacer a toda costa nuestra voluntad aunque para ello nos llevemos mucho para adelante.
Muchos son los piensan eso de que el "fin siempre justifica los medios". ¡Y así nos va!
La conciencia la queremos apagar con nuestro propio egoísmo, nuestra defensa a ultranza del YO olvidando interesadamente que en el mundo también existes TÚ.
La conciencia es ese repiquetear molesto que intentamos no escuchar para así hacer según nuestra propio capricho porque creemos que es lo mejor para nuestras vidas aunque eso mismo nos lleve a la infelicidad de la perdición.
¡Menos mal que Dios está ahí para hacernos reconducir el paso en el momento más inesperado!
Cualquier cosa es válida para que veamos y comprobemos que no vamos por el camino correcto que si queremos vivir en la felicidad que es hacer lo correcto y que en definitiva lo que es bueno para nosotros si somos capaces de escuchar a corazón abierto nuestra conciencia que no olvidemos es la Voz de Dios.
Por eso es tan importante estar pendientes de las pequeñas cosas que luego es lo que importa, nos hace felices y libres en la auténtica Verdad que conocemos: Dios.
Que cuando suene esa "campanilla" dentro de nuestro interior es un mensaje que sale de nuestra alma al cual le tenemos que prestar atención porque la Vida Eterna está en juego y con eso, buen hermano, no se juega.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Ahora dentro de unos minutos volveré a estar frente a Jesús en el Sagrario que es el que limpia mi conciencia y me da fuerzas para seguir adelante con mi particular día a día.
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