Buen día nos de Dios.
Domingo, Día del Señor, de la Sagrada Familia, de los Santos Inocentes.
Hoy podemos decir que celebramos la inocencia de un niño que crece en los brazos protectores de su familia al amparo del Señor. Hoy también es el día en el que celebramos en Familia la Eucaristía que nos une y vivifica, nos hace más fuertes porque el pegamento de Dios es imposible de despegar. Hoy conmemoramos la matanza que Herodes profirió a los niños de dos años para bajo en Belén y su comarca con la intención de acabar con la vida del que nos da la Vida. Hoy es el día en el que recordamos, denunciamos y rezamos por tantos niños vilmente asesinados antes de nacer por medio del aborto.
La inocencia, de los inocentes, que van al patíbulo por haber sido solamente engendrados. ¿Qué delito han cometido? ¡Ninguno! ¿Qué mal han hecho? ¡Ninguno! ¿Por qué sobran en el mundo? ¡Nadie los sabe! Bueno si, la carroña en la que se ha convertido el poder con sus entramados e intereses donde sobran todos menos lo que no debe sobrar.
Hoy es el día de las mujeres embarazadas que llevan para adelante su embarazo a pesar de todos los pesares y también el día de las mujeres que han sucumbido al aborto, solo Dios y ellas saben el por qué, y que no deben ser juzgadas sino atendidas, darle la mano para que sigan caminando y hacer de su vida un bello árbol lleno de frutos porque por un error, por grande que sea, no es motivo ni razón para abandonar a nadie en el arcén del camino. ¡Cristo nunca lo hizo! ¿Lo vamos hacer nosotros?
Hoy es el día de la Vida recordando la Muerte, hoy es el día de la inocencia cuando la han querido cercenar de raíz, hoy es el día de la Familia, en honor y ejemplo de la Sagrada Familia, porque en ella crecemos, nos formamos, vivimos hasta hacernos adultos que la creamos. Familia es decir Sociedad porque una sociedad sin Familia no es absolutamente nada.
Hoy tenemos tanto que celebrar, tanto que conmemorar, tanto por lo que rezar, tanto por lo que vivir que es un día inmenso para asistir al Encuentro de Jesús que por medio de la Eucaristía se entrega a nosotros para hacernos Vivir.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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