Buen día nos de Dios.
Desde que nos levantamos tenemos que coger nuestra cruz para vivirla, amarla, gloriarte en ella pues si sólo nos quedamos con su peso aumenta nuestro sufrimiento y hace que pierda su verdadero sentido para nosotros.
Me diréis que como se me ocurre hablar de cruz en la Navidad. Pues porque un acontecimiento no se hubiera producido sin el otro.
Si no sabemos coger nuestra cruz comprendiendo su salvifico sentido todo nos sobrepasa, todo se nos hace cuesta arriba, llega la desesperanza, el hastío triste que nos hace vivir todos nuestros días como si estuvieran nublados.
Para salir adelante Dios nos da los resortes necesarios como la Eucaristía y la Oración porque a través de ellas nos va guiando, susurrando a los oídos del alma por donde debemos ir y como tenemos hacerlo.
Dice el Señor: ¡Coge tu cruz y sígueme!
Detrás tuya voy porque no mejor camino ni cruz que la mía para mi propia santificación.
Detrás tuya voy porque sé ciertamente que sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna.
¡También en Navidad tenemos que coger nuestra porque así entenderemos mejor el gran Misterio del Nacimiento de Jesús hecho Niño.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios siga bendiciendo.
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