Buen día nos de Dios.
Los primeros rayos del sol alumbran ya la sonrosada carita de nuestro Niño en el Belén de nuestros corazones. En la madrugada de ayer nos nació Ese al que muchos preferirían que no hubiera nacido, lo hizo sin estridencias, lloros sino en Paz porque en definitiva es lo que Él es.
El primer día alumbra la mirada de un Niño que es Dios y Hombre verdadero, el primer día de su Vida que es la nuestra. Este año en ese portal eterno hay muchos más pastorcillos y pastorcillas que son esas buenas personas que se marcharon a la Casa del Padre y que ahora acompañan a Jesús recién nacido en ese frío portal que todos nos imaginamos.
Si Jesús ha vuelto a nacer en nuestros corazones me pregunto que se ha encontrado: La frialdad alejada de los más puros sentimientos de un corazón aburrido, distante, pesaroso, lleno de odio, malsana soberbia, engreído, falso y enmohecido. Si Jesús se ha asentado en un corazón así sentirá frío porque no notará que es bienvenido aunque Él, con su sola presencia, obrará maravillas. ¡Tiempo al tiempo!
En cambio también se habrá encontrado, y acomodado, en corazones buenos, ardientes de Amor hacia Él y a los demás, entregado, servil, caritativo, apasionado. En este se encontrará en casa pues en ese corazón habita Su Bendito Padre.
Hoy es Navidad y lo es para todos y eso es más que suficiente para celebrarlo porque todos estamos unidos en el Amor de un Niño que siendo Dios se hizo Hombre para salvarnos y darnos vida plena, eterna, es decir, VIDA.
Os traslado una pregunta: ¿Cual de los dos corazones es el tuyo? ¿El frío y distante o el lleno de Amor y Pasión por Dios?
Sólo tú y Él tenéis la respuesta.
¡¡FELIZ NAVIDAD!!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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