viernes, 12 de diciembre de 2014

desde el tren. 12 de diciembre.




Buen día nos de Dios. 

La vida es en sí tan sencilla como un continuo subir y bajar de una escalera así como de vez en descansar en un rellano. 

Subir no de significar "ascender" pues todos sabemos lo que nos pasa cuando queremos subir según nuestras terrenales pretensiones. 

Muchas veces los cargos, las responsabilidades te vienen dadas porque Dios así lo quiere. Cuando se ostenten que no sea para nuestra mayor gloria sino un eficaz instrumento, como una auténtica donación de servicios a los demás siendo esos también quien te acompañan con parejas obligaciones. 

Servir y no servirse ni ser servidos debe ser el preclaro mensaje mientras vamos subiendo peldaños. 

También se suelen subir empinadas escaleras de dolor, incomprensión, soledades y sufrimientos. 

También se suele subir para caminar junto al hermano que está junto a ti y necesita del calor y apoyo de tu compañía. 

También subir es ir madurando en la vida poco a poco haciendo que vayamos mirando con nuestros mismos ojos desde otra perspectiva. 

Y bajar puede ser duro, complicado o un alivio que nos lleve a la tranquilidad. 

De vez en cuando hay que pararse en el rellano para descansar y tomar necesario aire que nos haga continuar con más fuerzas e ímpetu y también con más entrega y menos miedo. 

Cada uno tenemos la escalera de nuestra vida y tanto al final de la misma, en cada peldaño está Dios con nosotros aunque también tenemos que percatarnos nosotros de su presencia y querer con todo el alma su inmensa y necesaria compañía. 

Y tu escalera de la vida, ¡Cómo crees que es?

Recibe, mi querido, un fuerte abrazo y que Dios nos bendiciendo.

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