miércoles, 3 de diciembre de 2014

desde el tren. 3 de diciembre. ¡La Paz con vosotros!




Buen día nos de Dios. 

¡La Paz con vosotros! 

Cuando nos saludan de esta manera nos debe hacer reflexionar porque la paz no por mencionarla signifique que la misma habite en ti. 

Para tener Paz de espíritu es necesario hacer un verdadero examen de conciencia ante Dios y frente a ese espejo que nos retrata tal cual somos y que pudiera parecer que lo que se refleje sea una imagen deforme que dista mucho de lo que podemos pensar que es la nuestra. 

Y es deforme por nuestras miserias, orgullo, vilezas, oscuridades, malos pensamientos, por nuestro corazón podrido aunque esté envuelto en papel de plata. 

Nuestra vida algunas veces se asemeja al espejo de los cuentos de nuestra infancia donde frente a una belleza artificial nos mostraba la pura realidad y que no es otra que mostrar el monstruo que llevamos dentro de nosotros y que será más horripilante si no somos capaces de poner freno a los desmanes de nuestro particular existir. 

Y para que nuestra imagen que es nuestro ser se asemeje a la belleza que debe irradiar de nuestro interior tenemos por fuerza que dejar que Dios habite en nuestras vidas, dejarle entrar en nuestro corazón para que como si fuera una gran ola del más bellos de los mares nos limpie y haga cicatrizar tantas heridas hechas por nuestros propios pecados o por las traiciones de otros. 

Al dejar que Dios habite cada rincón de mi ser me da pie para conocerme tal cual soy sin máscara ni disfraz y así ir comprendiendo todo lo vivido así como perdonarme. 

¡Es el perdón tan necesario en nuestras vidas! 

El perdonar, el ser perdonado así como tener la facultad de perdonarnos a nosotros mismos. 

Al perdonar encontraremos en nuestras vidas lo que es Amor que nos lleva a la Paz. 

Para vivir en Paz y que esta esté con nosotros tenemos que ser fuente inagotable de Amor y eso sólo se consigue cuando Dios habita en nuestro interior para siempre. 

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo. 

¡La Paz esté siempre contigo!

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