lunes, 8 de octubre de 2018

8 de octubre. Llega un momento en la vida...


Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Después de unos días con ese trasiego normal que tienen las Fiestas hoy ha vuelto la calma, el silencio, la paz, el sosiego, a este bendito Pueblo. Sí, Villaluenga ha regresado a la normalidad que se verá "rota" el próximo fin de semana pues tendremos el puente del Pilar y quieras que no son muchos los que afortunadamente visitan la Sierra de Cádiz.
El poder disfrutar de ese sosiego, esa paz, esa tranquilidad, como la cosa más normal del mundo es un privilegio, un regalo que nos hace Dios a los que buscamos otros horizontes, los que pensamos que la vida no son prisas, horarios, mil obligaciones y casi todas añadidas...
La vida es poder compartir momentos únicos solo o en compañía, conversando o proyectando mil ideas pues estas siempre rondan la mente de las personas que somos inquietas, que somos creativas, que nos gusta ofrecer lo bello de la misma vida.
Y eso es muy difícil hacerlo en la realidad de nuestro día a día donde tenemos el reloj como espada de Damocles aunque no llevemos reloj, donde las obligaciones se suceden unas y otras a la vez, donde uno se le acumulan los problemas, donde...
Llega uno a un momento de su vida que necesita abrir la ventana y respirar, tan simple y tan complicado como eso, necesita cerrar puertas a las puertas que tienes en tu día a día y abrir la ventana para que el aire más puro inunde nuestros pulmones, donde la vista se pierda en la majestuosa belleza, donde puedas hablar y compartir con las personas que te rodean en tu día a día.
A lo mejor no hay los mejores cines, ni grandes superficies, ni esa tienda de libros que encuentras la última novedad pero hay pureza, hay sosiego, hay paz, hay tranquilidad...
Porque seguro a unos kilómetros de distancia te encuentras con lo que te ofrece ese mundanal mundo que habitamos, pero eso, a unos kilómetros de distancia...
Y encontrar un lugar como Villaluenga del Rosario que es paz, sosiego, tranquilidad, en su normalidad sin lugar a dudas en un inmenso regalo de Dios a los que ya buscamos vivir no desde lo mucho sino desde lo que nos es imprescindible.
¡Feliz lunes y semana!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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