Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Ayer cuando me acostaba veía como las rosas que embriagan la Atalaya estaban cerradas en su capullo, como protegiéndose de todo, como no queriendo ser motivo de miradas.
Hoy, en cambio, las he visto abiertas, esplendorosas, como diciendo que aquí estamos para embellecer la vida haciéndose presentes.
Eso es lo que muchas veces pasa con nuestras propias vidas, que llevamos sin querer perturbar, escondiéndonos de todo y todos, porque el miedo, la vergüenza, el "qué dirán", las consecuencias de quedar apartado del camino hacen que muchas veces agachemos la cabeza y pase lo que pase nosotros no interferimos para nada.
La necesaria humildad y sencillez es otra cosa pues se puede ser humilde y querer estar alejado de todos los focos de protagonismo pero ser consecuente y coherente con tus propios actos.
Por eso hay que abrirse como lo han hechos las rosas, hay que decir al mundo que aquí estamos, que con nuestra Fe, nuestra creencias, nuestra opinión, nuestra Libertad no van a poder, que no nos van a doblegar, que no nos van a esconder en el capullo, que no estamos dispuestos a mirar para otro lado por mucho que nos quieran apartar de la senda, del camino, de la vida.
Hoy, al ver y contemplar estas dos preciosas rosas he dado gracias a Dios por regalarnos tanta y tanta Belleza y le he rogado que nuestras vidas con sus actos sean siempre para su mayor gloria.
¡Feliz sábado!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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