Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Esta madrugada pude sentir la profundidad insondable de la Fe en la Procesión de la Virgen de las Piedras cuando todo un Pueblo, chicos, mayores y ancianos, se echa a la calle para acompañar y rezar todos a una a la Santísima Virgen del Rosario a modo de acción de gracias.
Sí, porque aunque muchas veces la emoción nos lleve por los derroteros de creer que todo lo que nos pasa es una penitencia el solo hecho de haber vivido junto a personas que ya no están y nos han enseñado con sus vidas tanto, el solo hecho de tener unos padecimientos que nos enseñan el valor real de la vida y de quienes te rodean, el solo hecho de estar pasando por un mal momento nos enseña a ver la vida desde un prisma más real y por tanto más necesario.
En la madrugada de hoy, cuando el cielo oscuro se va despidiendo para dar paso a un nuevo día, mirando los ojos de María y observando esa mirada perdida, emocionada, sentida, de cuantos la acompañaban pensé que la Fe y el Amor por Dios y su bendita Madre no puede haber nadie que quiera prohibirla, que quiera eliminarla, que piense siquiera en pisotearla pues eso es literalmente imposible.
Y es que estamos hablando de Amor, de esa clase de Amor que traspasa fronteras, que nos hace caminar cada día, que nos une a todos, pensemos o creamos como cada uno le da por entender, con ese pegamento que no lo separa nada del mundo.
En la madrugada de hoy viernes 31 de agosto pude percibir bien a las claras como la Fe se puede tocar.
Hoy por la tarde-noche se inaugura una esperada Feria y Fiestas en este bendito lugar llamado Vilalluenga del Rosario y hoy quiero ofrecer esta reflexión escrita a modo de acción de gracias por las Reinas y Damas, infantiles y adultas, de este bendito rincón así como a nuestro Pregonero Antonio Ardon que tiene la preciosa misión de hacer palabra los sentimientos, de explicar como late el corazón ante un pueblo tan único, tan especial, tan vivencial, como el nuestro.
También dedico mi reflexión a modo de muy personal felicitación en el día de su cumpleaños a mi querida amiga Josefa Rodríguez Ruiz. Que la Virgen del Rosario te guarde siempre.
¡Feliz viernes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.