Buen día nos dé Dios.
La Vida brota de los lugares más insospechados...
Brota en la arena del desierto nuestro de cada día. Brota de entre la roca, brota en medio de las peores situaciones climáticas, brota en medio de la nada, esa nada que muchos ansían estar, brota a cada segundo y brota también ante la misma muerte porque siempre ha Vida tras la misma.
Queremos vivir pero no defender la Vida, queremos sobrevivir pero alejados de la verdadera Vida, queremos sentirnos vivos mientras morimos en nuestra propia indolencia.
Algunas veces vale la pena detener el paso, pisar el freno, para admirar como la Vida florece en cualquier parte que ir tan rápido que lo único que veamos sean nuestros propios pies o esa imagen difusa del mundo que nos rodea cuando transitamos a gran velocidad. ¿Para qué correr tanto para llegar al mismo sitio? ¿Para qué gastar tantos medios y tanto tiempo en escondernos de la Vida cuando está junto a nosotros?
Sí, nosotros debemos, estamos obligados, a defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Dos puntos el principio y el fin del ser humano que las enloquecidas mentes quieren destruir cuando no interesa que es casi siempre aunque también hay que ofrecer unas garantías para que el desarrollo de la vida de nuestros semejantes sea plena y por medio de ella puedan alcanzar esa clase de Vida que se ve brotar en cualquier sitio, en cualquier lugar.
De tanto querer crear un mundo para los seres humanos nos vamos olvidando de la persona y sobre todo de su dignidad.
Dios nos hace Libres y nos ofrece toda clase de oportunidades para servir a nuestros semejantes porque no podemos olvidar ni un solo momento que amando a nuestro prójimo lo hacemos con el Padre Eterno que es Señor de la Esperanza y de la Vida.
¡Feliz lunes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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