Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
¿Sabes? Me gusta afrontar la vida según viene. Me parece que eso ya es cosa de la edad, de haber llegado, de haberme instalado en esa madurez que todos tenemos.
Sí, porque vivir la vida de otros aparte de falso es muy cansino. Vivir la vida con odio hace mucho daño pero sobre todo a ti, vivir para ser es en verdad no estar en ningún lado, vivir sin darle importancia a la vida además de un temerario te hace al final no te importe la tuya y menos las de los demás.
A mí me gustar afrontar cada día porque aunque se piensen que son anodinos, aburridos, todos iguales ninguno lo es. Hoy te levantas y Dios pone ante tus ojos un gran abanico donde hacer, donde actuar, donde colaborar, pero siempre desde la necesaria humildad, desde un necesario y voluntario ostracismo porque no siempre tenemos ni podemos ser los protagonistas.
Afrontar cada día con sus alegrías y tristezas, desde el Amor, desde la Comprensión, desde el necesario Perdón, desde la Esperanza.
Afrontar cada día con una sonrisa, con una actitud de servir, con una predisposición a la gratuidad, al altruismo, a la generosidad pues si no lo haces así al final puede ser que te paguen con la misma moneda.
Afrontar cada día rodeado de los que quieres y te quieren, hacer para los que no te puedan ver ni en pintura cambien de forma de pensar y si no puede ser así pedirle al Señor fuerzas para seguir haciendo el imprescindible Bien sin mirar a quién.
Afrontar cada día mirando esos ojos llenos de alegría, bondad, generosidad, pasión y justicia como son los de Hetepheres que es la persona que me ha regalado Dios para que cada día sea más apasionante, cada día lo veas con ojos distintos, cada día sea diferente...
Afrontar cada día con la disposición de trabajar un poquito más por el Reino de Dios, por llevar a tu vida su Palabra, por hacer lo que nos dice con palabras claras, con palabras justas. Así y de esta manera siempre estarás a disposición de los demás porque es una forma de servir al Señor.
Y afrontar cada día, donde habrá de todo, con una sonrisa, con amabilidad, con respeto y brindando por cada uno de sus momentos porque son únicos, son exclusivos, son en si el mayor regalo que Dios nos hace cada día de nuestros días.
¡Feliz sábado!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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