viernes, 13 de abril de 2018

13 de abril. Hay viernes...

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Buen día nos dé Dios.
Hay viernes lluviosos, hay viernes desapacibles, hay viernes, como cualquier día del año, que lo que apetece es quedarte en casa y disfrutar de tus momentos.
Hay viernes, como todos, que son regalo de Dios y otros que el Señor se manifiesta por medio de hechos y palabras que te hacen ver la grandeza de su Amor.
Hoy ha sido uno de esos y por eso mismo le doy inmensas Gracias.
Dios nos tiene reservada cada día algo para abrir nuestro corazón, para hacerlo morada suya, para hacer que sea más sensible, más humilde, más sencillo...
Dios que es inmensamente Misericordioso me hace ver en la vida de mis hermanos lo que me quiere pues sus testimonios son ejemplo de vida santificante que es lo que en verdad nos salva.
Un día un señor muy importante me dijo que su trabajo era tratar con los despojos de la sociedad. Recuerdo que me quedé mirándolo y le pregunté: ¿No piensa que el despojo en verdad es usted por tratar así a sus semejantes? Se acabó la conversación y la "amistad".
Jesús, del que estoy perdidamente enamorado, vino a salvar a los despojados, a los sencillos, a los pecadores, a los parias de una sociedad injusta. Jesús viene todos los días de nuestros días a salvar a los despojados, a los sencillos, a los pecadores, a los parias de una sociedad que sigue siendo demasiada injusta. Viene a salvarnos a todos pues todos tenemos un poco o un mucho de despojado, sencillo, pecadores o de parias...
Jesús se entregó hasta morir por nuestra salvación que es lo más grande que puede hacer nada ni nadie por nosotros. Nos entregó su Vida, su Palabra, su Testimonio para hacernos hombres nuevos y de nosotros está que lo seamos.
¡Feliz viernes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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