Buen día nos dé Dios.
La vida tiene muchas curvas, algunas tan pronunciadas que no se ve quién tienes enfrente, hay cuestas empinadas que te dejan sin aire, hay temporales que nos resfrían por dentro, hay nevadas que nos hielan hasta los sentimientos, hay viento fuerte que hace nos sintamos molestos, hay baches que te desajustan por entero.
Pero también hay llanos, veredas, senderos, hay verdes prados, montañas que se erigen hacia el cielo, hay un mar infinito para dejar nuestros anhelos, hay gente que te quiere, que te acompaña, que está siempre y además son de los que no fallan.
Hay motivos para la ilusión, para la sonrisa, para la Esperanza pues la vida tiene que ser vivida desde que amanece hasta que se hace noche y de ahí hasta una nueva mañana. Sí, hay que vivirla y también aprender a gozarla que es como Dios quiere que en ella hagamos morada.
Hay momentos de tristeza, de angustias, de desesperanza pero hasta en el cuarto oscuro, negro, cuando ya se cree uno que ha perdido la batalla Dios abre una rendija para que entre luz en esa noche aciaga y entonces todo es diferente, ves donde no veías, sientes lo que sientes, ves de nuevo la vida como ese camino que emprendes dejando en el arcén lo que no valía y afianzando lo que quieres, a quienes quieres y lo demás formando parte de nuestras vidas también forma parte de nuestros ayeres.
Sí, la vida es un camino de noches muy oscuras y mañanas muy soleadas que hay que vivirla en sí misma con esa alegría, con esa pasión, con esa Fe, con esa Esperanza que te de la misma Esperanza.
Hoy me he puesto a escribir y me ha salido esta honda reflexión que dedico a la mujer de mi vida, ejemplar en todos los sentidos, que me da lecciones constantes con sus palabras, gestos, hechos y también silencios.
Sí, hoy mi reflexión tiene un nombre y se llama Hetepheres
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario