miércoles, 11 de abril de 2018

11 de abril. Me quedo con tu mirada.

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Buen día nos dé Dios.
"Me quedo con tu sonrisa".
Esta frase es más que una frase al uso, en ella está compendiado mucho más de lo se puede escribir.
¿Te lo han dicho alguna vez? ¿Se lo has dicho a alguien? ¿Por qué somos tan rácanos en manifestar nuestros sentimientos hacia los demás? Cuando se hace con el corazón no cuesta nada hacerlo, cuando se hace por "quedar bien" no es necesario hacer nada.
Una sonrisa es alegrarte el día, es transmitir optimismo, cobijo, fuerzas para continuar con el camino emprendido ayudando a quienes van contigo y también a los que te vas encontrando. La vida es más fácil cuando se ayuda a los demás, cuando se escucha a los demás, cuando comprendes a los demás, cuando te importan los demás porque los "demás", en definitiva, somo todos sin excepción.
Existe la sonrisa que muestras en la cara y la otra que están en la mirada que es espejo del alma. Una te alegra el día y la otra sabes que la persona que tienes delante es feliz, es plena, aunque tenga dificultades, aunque muchas veces le cueste la misma vida levantarse por la mañana.
Yo, personalmente, me quedo con la sonrisa de la mirada, la que lleva directamente al alma, la que nos abre el corazón para siempre, la que hace que entendamos que no estamos solos en el mundo, la que nos lleva directamente a Dios que es el Señor de la Esperanza nuestra de cada día.
Miles de personas muestran a diario una sonrisa y muchas de ella también sonríen con la mirada...
Una de ella es mi querida hermana Gema, mujer entregada, mujer que vive siempre para ofrecer apoyo, cobijo, comprensión a todos, mujer que puedes contar con ella sí os sí, mujer que habla con su cara, que muestra una sonrisa permanente, y que sonríe con la mirada...
Hoy es su santo y quiero dedicarle esta humilde reflexión, quiero regalarle estas sencillas palabras por ser quién es, por ser como es, porque es mi hemana del alma y porque Gema, como su hija Gemita, son ellas al 100%.
Y es verdad, "me quedo con tu mirada".
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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