Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Cada vez me doy más cuenta que la vida son momentos, son recuerdos, son vivencias, es silencio, es oración, es conversación, es compartir, es Esperanza...
En ella hay buenos y malos momentos donde existen las dudas, las ingratitudes, el desasosiego, el sentirse traicionados, desposeídos de las dignidades que otros te quieren dar...
En la vida, que siempre hay que vivirla como si fuese el último instante, con pasión, con ilusión, con alegría, con Amor, hay que olvidarse pronto de lo malo que te rodea o de esos recuerdos que no es que te perturben sino que te hacen daño. Es mejor mirar hacia adelante con gratitud que hacerlo con ese poso de rencor, de odio, que solo tiene una víctima: ¡Tú mismo!
En la vida Dios te va dando esas personas que son verdaderos amigos, verdaderos hermanos, y hace que estén contigo en las duras y en las maduras, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y también en la pobreza pues el verdadero amigo, el verdadero hermano, es el que tiene lazos contigo hasta que la muerte os separe. Dios une, Dios nos une.
Puedo decir con emoción que tengo buenos y queridos amigos. Algunos desde la más tierna infancia, desde hace tanto que cierras los ojos y los ves a ellos, otros se han ido incorporando al camino de mi vida según lo recorría, se han ido incorporando para transitar junto a mí. Cada época es importante ir bien acompañado pues maduras desde el cariño y el respeto.
Otros lo fueron en su día pero fueron como flor de un día, se marcharon y si te he visto no me acuerdo. Esos no fueron amigos en el peregrinar de la vida sino simples acompañantes que cuando vieron una bifurcación cogieron por otro lado. A todos les doy las gracias porque de todos aprendí en esos kilómetros que compartimos camino.
Hoy pongo una fotografía donde aparezco con mi querido, admirado y estimado hermano, amigo, Manu pues no siendo amigos desde siempre nos conocemos mejor que si hubiéramos vivido y jugado juntos por Comedias o el Carmen.
En él me apoyo porque sé me puedo apoyar, en él confío pues sé que puedo confiar hasta el extremo y él sabe que yo también estoy siempre.
Porque la vida se compone de momentos, vivencias, recuerdos y hay que vivirla como si hoy fuese el último día.
¡Feliz sábado!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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