martes, 17 de abril de 2018

17 de abril. Cuando se termina el camino...

La imagen puede contener: cielo, nube, árbol, montaña, planta, exterior, naturaleza y agua

Buen día nos dé Dios.
Cuando termina ese camino que recorremos, ese camino seguro y nos encontramos por sorpresa que debemos cruzar el lago para seguir transitando por terreno firme nos paramos a pensar el qué hacer.
Para volver atrás siempre hay tiempo, para desandar lo andado también hay que servir pues en verdad parece que todo lo hecho no nos ha servido para nada. Es volver sobre nuestros pasos para llegar a ese principio que ya se ha convertido en final.
Quedarnos parados en el lugar mirando con impotencia, dudando de nuestra capacidad, cuestionándonos sobre es o no idóneo, si hay otras alternativas, si hay... Si permanecemos mucho tiempo así se puede decir que en vez de prudencia es falta de confianza en sí mismo y cuando se carece de esta nada de lo que hagamos servirá para nada.
La falta de confianza es devastadora con uno mismo y también con los demás pues el que tiene esta carencia también desconfía del resto haciendo de una relación de normal convivencia un auténtico infierno.
O también te puedes arriesgar, sopesando pros y contras, y una vez remangado y utilizando los recursos que procedan, atravesar con cautela ese lago, ese impedimento que cortaba nuestro normal discurrir. Esto supune valor, prudencia, confianza en uno y poner tu vida en manos de Dios que hará que lleguemos a buen fin.
En la vida muchas veces tu camino se corta y aparece un lago insalvable donde nos ahogamos sin haberlo atravesado. Nos ahogamos en un vaso de agua, nos ahogamos por todo cuando interfiera en nuestra propia seguridad. Nos ahogamos porque en nuestro camino ya sea por terreno firme, pedregoso o atravesando ese lago no tenemos como compañero de viaje a Dios al que hemos cercenado de nuestra propia vida. Dios hace que si tenemos que desandar el camino, si nos paramos a pensar o si atravesamos cada lago de nuestra vida, sea siempre para nuestro bien.
Todo lo que nos pasa nos pasa por algo porque la suerte no existe ni las casualidades tampoco.
¡Feliz martes!
Recibe, querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario