Buen día nos dé Dios.
Siempre he dicho que el Amor cuando lo sientes arder en tu corazón debes demostrarlo porque algunas veces caemos en ese error de creer que la persona amada sabe que la amamos aunque no haya que demostrárselo con palabras, gestos, apoyo constante.
Pero el Amor bien entendido no puede ni debe ser posesivo pues la otra persona tiene los mismos derechos que tú a ser y sentirse libre. Nadie puede cambiar la personalidad del otro pero si lo amas se van moldeando las aristas que se pudieran tener.
El que Ama no puede permitir que la otra persona pueda sentir que está en una jaula de oro sino que goza de esa Libertad que es en sí el verdadero Amor.
Por eso cuando pienso en el Amor se me viene a la mente la carta de San Pablo a los Corintios que nos exhorta y recuerda constantemente lo que es la grandeza del Amor en toda su dimensión:
El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor, como la Esperanza, nunca pasa.
Y el Amor para mí tiene nombre de mujer y se llama Hetepheres que me lo demuestra a diario, a cada instante y momento con palabras, hechos, gestos o ese incondicional apoyo que hace enfrentarse a mil molinos de vientos si hiciera falta.
Hoy pienso que es un buen día para hablar del Amor ante un mundo que parece cada vez más carente de él.
Feliz miércoles.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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