Buen día nos dé Dios.
¡Feliz lunes y semana!
La vida, nuestro cada día, es en muchas ocasiones una montaña rusa donde subes y bajas demasiado deprisa y aunque pueda parecer lo contrario os debo confesar que es bueno para nosotros.
Si nos acomodamos, si pensamos siempre en hacer lo mismo, el cansancio, la pereza y el hastío se instalan en nuestro ser y entoces hacemos menos, nos implicamos menos, nos importa todo menos que el día anterior. Y es que la pereza de la monotonía con la que afrontamos nuestro día a día es un terrible peligro en el que todos en un momento u otro podemos caer.
Por eso cuando te levantes y abras la ventana debes agradecer a Dios es nuevo e inmenso regalo y aunque tengas la jornada programada mantén siempre la agenda abierta pues puede suceder de que existan cambios que debes afrontar con la sonrisa de la gratitud porque todo lo que nos sucede si lo sabemos enfocar es para nuestro bien aunque nos pueda parecer lo contrario.
Porque la vida es una continua sorpresa en la que no te puedes dormir en los laureles.
No hay nada más cansado que no hacer nada, no hay nada más aburrido que no interesarnos por nada, no hay nada más egoísta que quedarme sentado y pensar que lo que tenemos asignado lo haga otro porque estás siendo injusto con ellos y sobre todo lo estamos haciendo con nosotros mismos pues es un daño ciertamente irreparable pues cuando un día se va nunca vuelve pues el siguiente también es único y diferente.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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