Buen día nos dé Dios.
¡Feliz lunes y semana!
¿No habéis mirado al cielo y os habéis quedado embobados?
Sí, porque en el cercano o lejano firmamento se condensa una belleza inconmensurable y que es diferente por cada instante que pasa.
Todos tenemos la necesidad de mirar, de perdernos, en ese cielo que se nos abre con mensajes diferente y todos nos llevan a un razonamiento: La Belleza de la obra creadora realizada por la mano del mismo Dios.
Sí, muchos pensarán en los fenómenos atmósfericos, otros se perderán en otras ciencias que investigan el saber que aporta la astronomía, la astrología, pero todos al final nos quedamos absortos en la majestuosa Belleza que se abre ante nuestra propia mirada.
Matices, colores, tonalidades, imposibles que duran un instante. Sí, el cielo se convierte en precioso y único lienzo que no cuesta absolutamente nada sino el detener el paso y en él posar la mirada.
Si un amanecer embelesa, un atardecer enamora, si el está nuboso o con niebla puede que nos entristezca mientras un azul color cielo nos alegra el día.
Por eso os regalo esta imagen que vale más que mil palabras pues cada uno escribirá lo que quiera en ese inmenso tapiz que llamamos cielo.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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