Buen día nos dé Dios.
Cada día tiene sus momentos buenos y malos, cada día se puede captar lo bello como también lo que no lo es, cada día es diferente al anterior aunque nos puedan parecer siempre iguales.
Somos cada uno de nosotros los que tenemos que estar predispuestos a vivir intensamente lo bueno y captar lo bello con solo percibirlo pues lo malo, lo desagradable, lo que nos deja mal sabor de boca hay que evitarlo y cuando llega intentar vislumbrar esa porción de belleza que seguro hay.
Los que están sanos, fuertes, tienen éxito captan la belleza a su manera pero no la disfrutan pues muchos anteponen el interés que pretenda en su baremo de vida.
Los menos fuertes, los ancianos, los enfermos, los que están dotados de una sensibilidad especial son capaces de captar lo bueno con solo abrir y cerrar los ojos, con solo posar la mirada en la ventana, con solo fijarte en esos detalles que para muchos pasan desapercibidos pero que están ahí, a la vuelta de la esquina.
Dios nos abre cada día para que lo acojamos en nuestro corazón.
Por eso tenemos que fijarnos en las cosas que te hacen poner una sonrisa, en lo que nos ofrece ternura, en lo que nos hace sentir que los sentimientos no son de copia y pega , lo que nos hace vivir de una manera distinta y mucho más humana.
¿Somos capaces de fijarnos en esos detalles que pasan desapercibidos y que tanto nos ayudan a ver quienes somos en definitiva?
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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