Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Podría fijarme en todo lo malo, lo soez, lo estúpido, lo innecesario que nos acompaña en nuestra vida a modo de nuestro particular telediario.
No, hoy es un día tan bonito, tan único, tan especial, que quiero prestar atención en lo que verdaderamente vale la pena: ¡En ti!
Sí, no creas que estoy loco, que estoy dando vueltas y vueltas para no concretar en nada.
Si este no me conoce, si este no ha caminado conmigo, si este no sabe lo que yo he vivido, si este...
¿Veis? Siempre estamos dudando de las buenas intenciones de los demás. Siempre desconfiamos de los buenos sentimientos y en cambio las cosas "malas" las creemos a pies juntillas. ¿Por qué nos pasa esto? ¿Por qué somos así?
Pues sí, hoy esta reflexión se quiere centrar en ti, en todo lo bueno que aportas, en todo lo que haces para que los demás sean un poco más felices. Seguro que nunca te has parado a pensar todo el bien que haces a cada instante. A lo mejor sería bueno que todos los hiciéramos porque eso nos haría incluso ser más fructíferos de lo que ya somos cada uno de nosotros.
Es verdad, ni te conozco, ni sé nada de ti, ni a lo mejor te conozco en la vida de forma personal pero sé que eres buena persona, que aunque algunas veces tropecemos, siempre existe ese hondón de buenos sentimientos en tu corazón.
Y ser buenos es más fácil si nos dejamos llevar por la mano de Dios que Él siempre hace cosas grandes por muy pequeños que podamos ser.
¡Feliz domingo!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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