lunes, 1 de enero de 2018

1 de enero. ¡Feliz Año!



Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Hoy, entre el concierto de Viena y que he estado escribiendo mi primer artículo de este 2018 para el próximo domingo en Información San Fernando, se me ha ido el santo al cielo con mi reflexión que a modo de saludo realizo todos los días.
Ayer el año se despidió por estos lares con frío, gris y lluvia mientras ha amanecido el nuevo año con un sol claro, rotundo, lleno de vida, alegría y con un verdor que invita a la Esperanza.
Y es que el primer día de este nuevo año debe estar impregnado de Esperanza que se irá fortaleciendo por cada día que pasa, por las vicisitudes y también en las alegrías.
Primer día del Año que es día familiar donde todos celebran que se ha podido pasar otra hoja del calendario con la ayuda de Dios y que eso siempre es bueno. Un día que empieza a verse el final de estas fiestas navideñas pues poco a poco se va acercando el día de los Reyes donde la Ilusión, la verdadera, la de la niñez, la de los mayores que nunca han dejado de ser niños, se hace presente en un mundo demasiado gris y que invita de forma constante a la desilusión.
Muchos no quieren saber nada de la Navidad pues hay demasiados huecos en sus corazones que en estas fechas tan familiares se hacen visibles en las sillas que ya no están. Muchos abominan de una fiestas tan bonitas, tan entrañables, tan nuestras, tan llenas de Esperanza y de Amor puro y verdadero.
Reconozco que para mí han sido unas Navidades muy difíciles pues en tres meses se me han ido dos personas que quería con locura como es mi madre y Tata, mi segunda madre, pero no por eso he dejado de gozar estos días pues si abominara de las mismas estaría ofendiendo su memoria pues las dos eran unas entusiastas enamoradas de la Navidad y de los Reyes Magos ni os cuento.
Sí, primer día del primer mes del nuevo año y seguro que tienes mucho que hacer pero te pido solo dos cosas más: Acuérdate de Dios para dar Gracias, de María para ponerte en sus benditas manos y sé muy Feliz porque simplemente te lo mereces.
Feliz Año.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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