domingo, 14 de enero de 2018

14 de enero. Vida en mi vida...


Buen domingo Villaluenga.
Buen domingo nos dé Dios.
Hoy escribo esta reflexión más tarde no porque me haya dormido más de la cuenta sino porque he tenido que sacar a pasear a Enriqueta en medio de una pertinaz lluvia.
Ya en el camino que habíamos escogido para que ella se tranquilizara nos encontramos con la llegada de los corredores de la Trail Urbana de Villaluenga del Rosario y claro me puse a retransmitir para que todos estuvieran enterados de lo que estaba aconteciendo.
En esta vida no es tanto lo que yo quiera sino lo que Dios quiera para nosotros. En esta vida nosotros tenemos intereses que nos interesan pero que al final no tiene por qué ser los que más nos convienen. ¡Ahí, precisamente está Dios para hacernos ver que lo que hoy pedimos con desesperación mañana nos puede perjudicar ampliamente.
Muchas veces en mis largos paseos por medio de este bendito lugar pienso que nosotros que somos seres vivos debemos albergar lo que es la Vida que nos ofrece el Señor a cada instante.
Y para eso tenemos que estar preparados no solo por medio del perdón, de la oración sino para ser depositarios de quien es Vida dentro de la nuestra.
Sí, Dios mío, aquí estoy para hacer tu voluntad decimos de corrido pero aceptar la voluntad del mismo a lo mejor no es tan fácil como suponemos.
¿Estamos preparados para ello, estamos dispuestos a sacrificar nuestras apetencias, comodidades, prestigio, por seguir abiertamente a Jesús?
¿Estamos dispuestos a limpiar nuestra casa que es nuestra vida para alberga la única fuente que es Vida sobre la misma vida como es Cristo?
Estas son preguntas que me hago a diario y que hoy también os exhorto a vosotros no a que las respondáis en público sino en la intimidad de la oración, de la reflexión, de la Eucaristía.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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