sábado, 31 de octubre de 2015

30 de octubre. Fuertes en la fragilidad.



Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
En la Sierra de Grazalema existen por doquier los pinsapos, especie que están más que protegidas, y cada vez que me encuentro con uno me gusto admirarlo un largo rato.
Son muy bonitos a la vista, parecen frágiles y en verdad son duros y correosos pues están habituados a sobrevivir en las condiciones meteorológicas demasiado adversas.
Frágiles a primera vista e inmensamente duras en la realidad.
Esas son las características de las personas que llevan mucho caminado, mucho hecho, mucho trabajado. Suelen ser mansos y humildes de corazón que es sinónimo de fragilidad aunque después son correosos y duros para seguir caminando ayudado en cada momento con báculo o sin él.
Muchas veces me siento frágil, también así me pueden ver algunos, aunque después Dios me ofrece esta fortaleza, esa dureza para salir adelante, para dar un paso tras otro en este particular camino de vida.
Y estas características las compruebo a diario en mis convecinos de este bendito pueblo cobijado por el Caíllo donde sus hoy ancianos han vivido las situaciones más adversas en medio de la montaña, cómo los pinsapos, parecen frágiles pues tienen una sonrisa, un candor, un saber estar y hacer aunque en verdad son fuertes, muy fuertes porque han aprendido desde pequeñitos en la más austera de las durezas.
Dios, dame fragilidad y dureza para saber sobrellevar esta nuestra vida y hacer que todos vean lo maravilloso de tu Reino.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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