Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
Hoy ha amanecido con lluvia fina, de la que penetra, de la que cae con suavidad y también con delicada elegancia.
Lluvia que impregna la tierra, que reverdece los prados, que llena los embalses, que limpia y purifica el aire que respiramos.
Lluvia que no es molesta ya que incluso agradable como rompe en nuestros rostros refrescando y limpiando nuestras mentes de "aires viciados".
Lluvia que en todos los lugares del mundo es necesaria, bonita aunque en mi bendito pueblo de Villaluenga del Rosario es incluso poética.
Lluvia llena de "Sentires" como diría mi querido amigoManuel Sanchez Bracho.
Si ver llover nos hace sentirnos bien cuando estamos resguardados la cosa suele cambiar cuando tenemos que salir y "mojarnos". ¡Nos cuesta tanto mojarnos en nuestra particular vida!
La lluvia, como demasiadas ocasiones que vivimos, es para verla sentadito en el sillón que si nos levantamos y nos implicamos un poco a lo mejor nos salpica, nos tenemos que mojar y comprometer y eso en nuestra realidad de comodidad donde hacemos oídos sordos a todo cuando nos rodea no es aconsejable para nuestro Yo, para nuestra acomodada tranquilidad.
Nos gusta escuchar el agradable sonido de la lluvia aunque no nos gusta escuchar nuestro corazón y nuestras conciencias que puede inducirnos el impertérrito sonido de las ínfimas gotitas de agua al caer.
Nos gusta ver llover aunque pienso que en demasiadas ocasiones no nos gusta la lluvia.
Y como la lluvia también las responsabilidades, obligaciones, defender en la coherencia de nuestras vidas nuestros prinicipios, nuestras creencias, nuestras opiniones que a lo mejor no gustan a la mayoría e incluso por ellas te hagan de lado, pero si no eres fiel a lo que en verdad lo eres no pienses que el mundo lo sea después contigo.
Sigue lloviendo en Villaluenga del Rosario en un día que invita al pensamiento, a la oración y al recuerdo.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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