Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
Este domingo siendo igual es distinto por estos lares del mundo porque es más temprano aunque tengamos sensación de ser más tarde.
¿Y qué es una hora más en la vida?
Si la sabemos aprovechar, y este domingo se presta a ello pues mañana volveremos a tener las veinticuatro de siempre, podremos hacer mucho, vivir cada instante, gozar cada segundo, implicarse en eso que tienes en mente y le das continuas largas.
Puedes leer, escribir, conversar, guardar silencio, escuchar, ayudar, trabajar, descansar, pasear y también, mi querido y buen hermano, puedes orar.
Míralo así: Dios te ha regalado una hora más y tú en correspondencia le dedicas una hora más al Señor.
Cuando haces deporte te relajas y muchas "tonterías" que pululan por nuestra mente se diluyen. Eso también pasa cuando rezas a Jesús que al final todas las "tonterías" que fluyen por nuestras cabezas y también por nuestros corazones se ha diluido y te sientes nuevo, te sientes bien.
Y si nos sentimos tan bien, ¿Por qué no rezamos más?
A lo mejor porque estamos demasiado ocupados que no tenemos tiempo para Dios o no tenemos nada que hacer y tampoco lo tenemos para el que nos dio la vida y nos la da a diario.
Hoy domingo en el que estamos gozando de una hora más somos nosotros, en nuestra plena libertad, lo que queremos o no hacer pero estaría bien, sería de justicia, que le dedicáramos aunque sean unos minutos de más al Señor. Algunas veces pienso que qué nos cuesta hacernos un bien con tan poco.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Quiero dedicar esta reflexión a mi querido Francisco Hernández Lora en su día. ¡¡Muchas felicidades!!
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